miércoles, 31 de mayo de 2017

PREMIO A LA ASISTENCIA


Mal está la cosa cuando el simple hecho de aparecer en tu trabajo es considerado un mérito, ¡aparecer¡ lo de producir, eso ya es para nota alta.

No digo yo que tal y como anda el patio el tomar el condicionamiento positivo como método para evitar el absentismo laboral sea mala idea en algunos trabajos en los que, por los motivos que sean, el doblar el espinazo sea en si mismo un “riesgo laboral” y entiendo, que ante la indolencia de algunos, al empresario de turno no le quede otra que recompensar como meritorio el asistir al trabajo en lugar de sancionar la inasistencia al mismo.

Nada de eso critico, porque de igual modo que cuando se trata de empresas privadas, derechos o riesgos laborales, yo siempre tiendo por inercia a ponerme del lado del trabajador, tenga este razón o no y en frente del “oscuro” empresario al servicio del vil capital, soy lo que podría denominarse un empático  enfermizo del asalariado patrio, de igual modo digo, me cuesta más hacerlo cuando se trata de empresas públicas, me explicaré.

No entiendo ni entenderé, soy un obtuso en estas cuestiones, que en un oficio público en el que la función del trabajador que es la de atender al ídem en todas y cada una de sus necesidades, de ahí lo de función pública, sea recompensado por el hecho de aparecer cada mañana en su puesto de trabajo. Sea mediante tu nombre en el cuadro del empleado del mes, sea mediante estipendio, sea mediante brillante medalla meritoria, creo que recompensar a servidores públicos, que supuestamente escogieron sus trabajos al sentir en un momento de sus vidas la necesidad de dedicarlas a los demás, aparte de ilógico, es desmerecer a quienes anteponiendo en muchas ocasiones incluso su vida particular y familiar si los merecen, dándose curiosamente en estos la paradoja de no desear ni solicitar ninguna de esas dádivas ni óbolos.

Puede que entender la función pública como algo altruista y vocacional sea minimizar los motivos por los que la gente la elige como oficio, pero también es cierto que son esas dos sus características más primordiales, que no se deben olvidar y siempre y cuando sean dignas las circunstancias del trabajador público, que deben serlas,  entiendo que solo deben de premiarse  con el agradecimiento del ciudadano al que se sirve, puesto que al contrario de la empresa privada, el único beneficio al que debe aspirar la función pública es al bienestar del ciudadano al que sirve.

En cuanto a lo del sacrificio que tantos organismos públicos tienen en sus códigos deontológicos ya ni hablo porque da para otra entrada por si mismo.

Así que y para terminar diré, que como  al parecer, la nueva ola consiste en premiar lo obvio, pues como buen surfista me subiré a la misma y cuando llegue a algún organismo público lo primero que haré será dar los buenos días y dar las gracias al funcionario por haber ido a trabajar esa mañana.

domingo, 28 de mayo de 2017

FOR SALE

¿Qué porque me he ido de facebook?, esperaba explicarlo en un video pero como no termino de perfilar la idea lo haré en principio por este medio aunque no descarte el audiovisual del todo.
Hace algún tiempo que no me encuentro del todo...¿feliz?, si , feliz, con esta red social por motivos personales.
Siendo como soy una persona de mente dispersa la mayoría del tiempo, pero muy crítica en el poco que me dedico a ser serio, comencé a notar que lo que en un principio se me antojaba o me habían vendido, no como una red social, sino como LA RED definitiva, la que dejaba a las demás como simples chats de amiguetes, la que conseguía reunir a amigos distantes en tiempo y espacio, la que creaba grupos de afinidad intelectual, la que te permitía participar y hacer cómplice de tus vivencias a los demás, esa red terminaría por ser la misma mierda que todas las demás.
Lo que en un principio fue un patio de ideas personales y colectivas fue desvariando en un mercado del capital mas agresivo.
Como siempre todo lo bueno que tiene el ser humano acaba pudriéndolo el ser humano. Con la idea de que Facebook era el portal en el cual encontrarse todos para hablar, discutir, compartir y comunicarse, con una idea tan genial y altruista, quien se iba a negar a tomar lo que esta red te ofrecía y gratis...nadie.
El problema surge cuando empiezas a entender que esa gratuidad no es tanta, cuando entiendes que mientras tu, amparándote en la bella idea del colectivismo cultural que te vendían, cuelgas aunque sea en "privado" tus fotos, tus videos, tus pensamientos, etc. ,  los señores de Facebook se hacen más y más millonarios a costa de unos datos que tu, engañado repito por la bondad de una idea les has regalado.
Quizás muchos penséis que si que todo esto es cierto, pero que lo aceptáis y estáis dispuestos a que vendan vuestros datos ya que al fin y al cabo es un buen medio para seguir en contacto con los demás y que si para eso hay que despojarse de nuestra privacidad pues bueno, tampoco es para tanto siendo esa  precisamente la maldad de Facebook, que ha conseguido, sin robar, hacerse rico con nuestras vidas, recuerdos y emociones.
Yo como hace tantísimo tiempo he vuelto a escoger y retornar a mi blog donde no entra nadie, nadie me critica, escribo lo que me apetece y consigo que mi anodina vida no le interese ni a Facebook.

jueves, 4 de mayo de 2017

SINTOMAS

Ayer estuve en una iglesia, fui a despedir a un compañero...a un amigo... y no vi a Dios.
Lo que si ví fue a un cura mas interesado en lo gótico de los ventanales de "su" iglesia de piedra que en la arquitectura del corazón de aquel a quien despediamos.
También vi a muchos amigos de verdad disimulando su pena entre excusas alérgicas de polenes primaverales.
Vi a bastantes de sus compañeros que en hora tan triste y dejando como buenos profesionales antiguas rencillas personales de lado, se acercaron a despedir con el humilde honor de sus presencias al que durante años fue colega y acompañante de penas, fatigas, tristezas y vivencias laborales.
Vi a una esposa rota por la cierta falta ya y hasta el fin de sus días, de quien fue su amor de niña y amigo de mujer.
Vi también a gentes que formaron parte como colores, de la acuarela de su vida.
Como ya he dicho fue a Dios a quien no vi pero, quizás  incluso él estuviese alli.
A quien si estoy seguro que no vi en ningún momento, fue a quienes por desidesias, odios personales y rencores olvidaron que ya no son personas privadas sino que representan a una institución que ayer debio honrar a un Guardia Civil que lo fue hasta que se fue.
Como el me enseñó y me dijo tantas veces con voz aspera "luque hay que ser elegante en las despedidas, dar la mano a quien se vá y desearle buen viaje, no caigas nunca en la bajeza de hacer que tus actos sean los que reprochas en ellos"
Buen viaje Don Jaime, Cagon lá!!!