Estaba yo entretenido viendo uno de mis canales de
televisión recurrente cuando estoy depre y necesito un poco de risa, canar zú,
cuando aparece en la pantalla unos jóvenes andaluces de ERASMUS en Holanda.
Resulta que en una de estas que están visitando el mercado
de Rotterdam, se paran delante de una pescadería donde en primer lugar y de
forma prominente, aparecía colocado en el acristalado estante pescadero un
atunazo rojo que quitaba el hipo.
Un atún grande, brillante, hermoso y “mú colorao” que se
dice por el sur, abierto en canal de cabeza a cola. Uno de los jóvenes andaluces, ante tan maravilloso túnido,
le pregunta en un inglés de Gibraltar a la amable pescadera holandesa sobre la
procedencia del mismo, ésta sonriente, le contesta que se trata de “un atún
rojo procedente de Japón, criado en cautividad de forma ecológica y en un
ambiente “amable” para que el pez no sufra ni sienta estrés ni sospecha de su
muerte”.
Luego retomaremos esta “historia”.
En otro momento aparecen los mismos chicos junto a la
reportera de mi entrañable canar disfrutando de unos refrigerios en lo que
parece ser un local de copas. En esta ocasión la tribulete televisiva le
pregunta a los muchachos sobre los coffee shops y el consumo de drogas en
Holanda, a lo que ellos diligentemente contestan:” bueno, no te creas que aquí
se consumen tantas drogas, realmente el holandés es mas de copas que de drogas,
quien si consume es el extranjero que viene de turismo, además, aquí está
prohibido el consumo de pastillas y setas alucinógenas. Es ilegal el consumo,
la venta, la tenencia, la verdad es que está muy perseguido, lo que sí es
verdad es que miran mucho por la salud y si quieres consumir en algún
establecimiento nocturno de música electrónica pastillas o setas, esos locales
tienen unas salitas que te las analizan para evitarte chungos y que estés
seguro de lo que consumes”, y se queda el “chavá” más largo que ancho.
Po Weno, que digo yo, volviendo al atún, primero, que dudo
mucho que Japón, que es el consumidor número uno del mundo de atún rojo se
dedique a criarlos en cautividad porque ¿cómo narices se cría un atún en cautividad?
Segundo, Japón compra casi toda la producción mundial de tan excelente pez, así
que a Holanda llegará pues más bien poquito y si llega. Tercero ¿criar atunes
de forma “amable”? ¿los japoneses?, pero si esta gente cercan a los delfines en
playas y los matan a palos. Lo peor de todo esto es que la amable pescadera le
está vendiendo la moto a un andalú “preparao” que no sabe o no se atreve a
indicarle a la muchacha que el mejor atún rojo del mundo se pesca en su Andalucía,
pero en fin.
Luego ya en el bar y hablando de porros, copas y setitas de
ver unicornios, el mismo andalú se dedica a defenestrar al extranjero, cosa que
es él, en defensa de unos holandeses modélicos.
Modélicos como para tener un atún abierto en canal y
sangrando y decir que el pez ha tenido una muerte dulce, modélicos como para tener
todas las drogas del mundo y decir que están prohibidas mientras te la analizan
para que veas puntitos de colores.
La verdad es que no sé qué le pasa al españolito cuando sale
de nuestra espaaaañaaaa que con tal de adaptarse a las costumbres del país de
acogida llega al punto ya no solo de hacer mejores personas a las autóctonas,
sino que llega a olvidar su procedencia, sus propias costumbres y lo que es
peor su identidad. Esa costumbre española de creernos que todo lo externo es
mejor, más chulo y más imitable es lo que nos ha llevado a ser el país con más
complejos de Europa y así nos luce el pelo.
Pues yo lo siento mucho pero como andaluz me ofenden estas
cosas y si alguien de fuera me quiere convencer de lo bueno que es su atún y sus coffee
shops, yo siempre le cantaré con orgullo gaditano aquello de Nono García que decia:
“Bárbate, Atún y chocolate y un poco de levante para volar…”
Y A JUÍ.