¿Se os ocurre un ser más inútil
que una mosca?
Por no tener, no tienen ni
siquiera un uso positivo en el ya de por si defenestrado, lenguaje español.
Mosca cojonera cuando
la susodicha es de esas pesadas de verano que no paran de tocarte los redaños y
no tienes narices de matarla.
Mosca puñetera cuando
además de cojonera se mete en algo que estás comiendo o en la misma boca haciéndote
escupir compulsivamente y sacar la lengua como si tuvieses “pilesia” de esa.
Asquerosas “comemierdas” que
se alimentan de lo que otros expulsan por el ano y que se relamen comiéndo su
propio vómito una y otra vez, ¡su propio vómito! Incapaz de producir como las
atareadas abejas, algo útil o bello con lo que poder justificar su existencia.
Son tan raras que cuando
salen a volar lo hacen saltando hacia atrás y cuando vuelan, si a eso se le
puede llamar volar, lo hacen de forma tan errática que convierten el don del
vuelo en una comedia sarcástica.
Inútiles hasta el punto de no
tener ninguna función constructiva, de hecho no se molestan ni en crear un
refugio para sus proles, ponen sus huevos en la misma mierda que comen y
vomitan y listo.
Color negro, el color de lo
que viven, la muerte y el parasitismo, si parasitismo porque si comerse mi pan
o ahogarse en mi sopa tratando de vomitarla no es parasitar pues nada, yo creo
que lo es.
Habrá quien diga que para
algo estarán, que alguna función tendrán, pues si, la tienen, la de servir de
alimento a algún pájaro de vez en cuando, habrá quien se pregunte que
para que sirven los mosquitos, que son la misma mierda, pues bien,
al menos los mosquitos machos polinizan mis jazmines y mi Dama de noche.
Total que no me parece a mí
que una mosca tenga ningún sentido en la naturaleza.
Me dan tanto asco y me
parecen tan prescindibles que las eliminaría a base de NAPALM si no fuese
porque las “puñeteras-cojoneras” son tan malas que hasta para eliminarlas
tienes que acabar con cualquier otra especie, ¿habéis visto alguna vez un
insecticida específico para moscas?, fijaos y veréis que no.
Existen en ciertos trabajos
unos señores que viven de los demás sin aportar nada productivo, que se valen
del trabajo de otros, que cuando hay que dar un salto hacia adelante en cuanto
a modernizarse, lo hacen hacia atrás, que no paran de vomitar sus defectos
sobre aquellos en los que se sustenta su inútil estatus. Incapaces en su día a día
de dar ninguna directriz sensata que haga que su empresa “vuele” en la
dirección correcta. Parásitos improductivos cuyo fin, y aquí viene mi consuelo,
solo sirven para que algún día el pajarraco que lo colocó en el puesto que
ocupan se los coma.
A partir de hoy los llamaré
moscas y como ya decía aquel lo de que: “por sus hechos los conoceréis”,
vosotros ya tenéis la herramienta para desenmascararlos y llamarles moscas en
sus caras y sabed, que en esta historia, vosotros sois las abejas.
A JUÍ.
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