viernes, 28 de junio de 2013

PISCEM NATARE DOCES*



6 septiembre
2010
escrito por Luque 

Esta tarde, mi hija de catorce años me ha preguntado que, ¿Qué es la felicidad?
Bendita juventud capaz de convertir una pregunta como esa en una simple línea recta, algo que los mayores no nos atrevemos a hacer  por el miedo adquirido a meternos en los laberintos en los que solemos convertir  todo.
En principio le conteste con la mayor simpleza que pude pero sin darme cuenta me encontré buscando el hilo de Ariadna para salir del fregado en el que yo solo me había metido.
-  “Verás Eva la felicidad es lo que sentimos cuando no tenemos preocupaciones”.
-  “Entonces con no preocuparme de nada seré feliz”- Contestó ella.
OH, OH, alerta, alerta, su respuesta a mi explicación a su en principio inocente pregunta se había convertido de repente en un padre dando permiso a una adolescente para engordar su desgana hacia todo aquello que pudiera no ser de su agrado.
Me recompuse como pude y le dije “bueno, no del todo, es que no me has dejado terminar”
Poniendo su carita del gato con botas de Shrek me dijo, “pues sigue”.
-“Pues eso es lo que pensaban unos griegos a los que llamaban ataraxicos, quienes a grandes rasgos pensaban que la felicidad se encontraba en la despreocupación de los problemas”.
-“Mira que listos” me interrumpió.
-“Si muy listos”-continué-“ pero sin embargo había otro griego llamado Aristóteles que decía que la felicidad consistía más bien en un tipo de vida, una vida basada en el ejercicio constante de lo más propio y excelente del ser humano, aquello que lo diferencia de los seres no humanos: la razón.”.
-“No entiendo”
-“Si te fijas básicamente es lo mismo puesto que ambos creen en el razonamiento para ser feliz aunque cada uno lo entiende de distinta forma, me explico, mientras para los ataraxicos había que aceptar el destino de buen grado con lo que ¿para que preocuparse?, para Aristóteles era mediante el aprendizaje y el ejercicio como se podía cada uno forjar su destino”.
Mientras me esforzaba en deshacer con argumentos mi primera respuesta observé con alivio que su cara había comenzado a cambiar a la de Jo, papa que rollo, así que decidí darle la puntilla.
-“Es más, otro filosofo llamado Spinoza creía que la clave de la felicidad está en dar con aquello que te hace crecer, y evitar aquello otro que te empequeñece y para saber que te hace crecer y que no, hay que probar, experimentar.”
A esas alturas la niña ya se  encontraba enfrascada en una de las pantallas de su videojuego favorito y su inicial interés por la felicidad había desaparecido por lo que le dije –“bueno ahora que ya he acabado de explicarte tu pregunta, ¿Cómo te sientes?
-“Feliz, papa, feliz”.

*En castellano, “Enseñas a nadar a un pez” y se dice a la persona que intenta enseñar a alguien que sabe más que él.

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