lunes, 8 de julio de 2013

A MI MADRE



5 mayo
2013
escrito por Luque 

-“Antonio vente tú conmigo, para que te acuerdes del camino para volver”, mi madre y su truco para ir y sobre todo regresar de allí donde tocase ir ese día.
Recuerdo con nostalgia los días en que mi madre me llevaba a todas partes cogido de su mano, con un paso que a mi me parecía de gigantes y que intentaba seguir al mismo ritmo con el que  me repetía, -“anda más deprisa y no te quedes atrás”.
Así era y sobre todo es la Purri, decidida y de carácter, una mujer “de las de antes”, una madre que te lleva de la mano por el camino de la vida, obligándote a pisar con firmeza, con su firmeza, y fijarte en  el recorrido que haces para que siempre  te sirva para volver con decisión a tu casa, a tu familia, a tu raíz.
No tengo ningún recuerdo de mi niñez que no sea el de ella bregando con nosotros, con el día a día y con la vida misma.
Si la circunstancia mandaba hacer las maletas y partir, la Purri, hacia las maletas y partía.
Si la circunstancia era pelear con médicos y practicantes para que “mi  enfermedad” no me llevase a ningún lugar mejor que a mi propia casa, pues la Purri sacaba el arrojo y el dinero de debajo de las piedras para que su hijo Antonio “volviera a nacer”.
Si la circunstancia era llegar a fin de mes con un sueldo, digamos que, enclenque, la Purri hacia encaje de bolillos y con la imaginación de un escritor de novelas de aventuras, se inventaba una segunda quincena de mes “mágico y misterioso” en el que conseguía que nosotros no nos enteráramos de sus dificultades, reconozco que a día de hoy no he conseguido saber como lo hacía.
Si la circunstancia era defender sus principios y su familia de criticas y e insultos, la Purri era capaz de “arrastrar de  los pelos por todo el patio” al que fuese, literalmente.
Pero sobre todo tengo que decir que la circunstancia por la que ha vivido cada uno de sus días ha sido la de sus hijos. Esa, sus hijos, ha sido su motor, la razón y motivo de una vida dedicada a ser MADRE,  y si, lo escribo con mayúsculas porque mayúscula ha sido la dedicación y el cariño que ha invertido en serlo.
Dicen que no se necesita un día en el calendario para felicitar a una madre y creo que es cierto. Un día en el que los hijos felicitamos a nuestra madre por el hecho de serlo, un día en el que los hijos recordamos la maternidad como merito de los propios hijos, que la convierten en grande por sus nacimientos, ese día, no debe celebrarse.
La fiesta es y debe ser la celebración diaria del paso por el camino de nuestra vida, nuestros triunfos y el de nuestros hijos, la forma de afrontar las circunstancias, la educación y el respeto con el que nos dirigimos a los demás, nuestras ideas, las ilusiones, los deseos  y el amor con el que somos capaces  de darnos a los demás, eso es lo que debe celebrase y todos los días, porque es eso lo que somos y lo somos gracias a la maternidad y a nuestras madres.  
Yo siento a mi madre cada día en mi mismo y siento que no son días lo que hay que dar a una madre, sino vidas, la vida que ella con gusto nos regaló a cada uno de sus hijos.
FELICIDADES OMÁ.

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