lunes, 8 de julio de 2013

DEUS NOBISCUM, QUIS CONTRA?*



9 marzo
2012
escrito por Luque 

Septiembre, 1213, Muret, Francia.
Pedro II rey de Aragón se enfrenta a las Fuerzas de Felipe II de Francia capitaneadas por Simón de Monfort.
El rey Felipe de Francia deseoso de hacerse con aquellas tierras solicita la ayuda del papa Inocencio III al que había ayudado anteriormente en su disputa con el emperador alemán Otón IV. Desde el principio el problema de entrar en lucha contra el rey de Aragón fue, el inconveniente de guerrear contra otro ferviente católico. Ni el Papa se atrevería a excusar una guerra entre Francia y Aragón, ni el rey de Francia se atrevería a provocar a Pedro sin el apoyo del Obispo de Roma.
Había llegado la hora de la política.
Desde hacia tiempo en la zona del Lánguedoc se profesaba por parte de muchos de sus habitantes una “filosofía” religiosa denominada catarismo a la que el Papa había declarado como herejía condenando a todos la que la profesasen o defendiese. Ocurrió que en una de tantas misiones enviadas por el pontífice a la zona con la intención de convertir a los herejes, tuvo lugar, el como poco, sospechoso, asesinato del Legado papal Don Pedro de Castelnau a manos de los impíos.
Fue este acto el que dio a los enemigos del rey aragonés  la excusa para solicitar la ayuda de todos los reinos cristianos para a través de una cruzada acabar con la blasfema herejía instalada en el corazón de la cristiandad.
Era una historia tan antigua como el ser humano, Caín y Abel, Francia y Aragón, solo que esta vez la quijada de mulo sería la iglesia católica y el chivo expiatorio, los cataros.
A Pedro se le presentaba un panorama difícil, muy difícil.
Su decisión final de ponerse de lado de sus súbditos le costó la vida terrenal al morir en Muret y la espiritual al ser excomulgado.
En cuanto a las consecuencias a corto plazo la mas grave fue la perdida de todo el Languedoc que paso a manos de Francia y el holocausto de los cataros.
La política territorial de Francia fue la gran vencedora al anexionarse un gran territorio con la excusa y la ayuda de Dios.
La religión, la filosofía, las creencias y la moral, en esta como en tantas otras guerras anteriores y posteriores no fue mas que el vehículo de unión entre las infantiles conciencias de un pueblo temeroso de Dios y el egoísmo de aquellos que debían de ser sus protectores.
Como veis , nada que ver.
P.D.: Por cierto siempre he tenido la duda de si Pedro II de Aragón de sobrenombre EL CATÓLICO defendia  a los cataros o simplemente protegia sus tierras, quizás lo sepa algún día.
*En castellano: “Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar en contra?”.(Romanos, 8,31)

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