VERAE AMICITIAE SEMPITERNAE SUNT*

2 noviembre

2011

escrito por Luque 

Curiosa la  amistad, hija de la palabra amor y como hija, más exigente que la madre.
Mientras que el amor no pide nada a cambio, la amistad, debe ser reciproca, me explico, se puede amar hasta la locura a alguien sin que este te corresponda pero no se puede ser amigo de quien no lo es tuyo.
Es esa cualidad de la amistad la que hace que sea tan difícil el poder llamar amigo a alguien.
Como un vino, mejora con la edad. De pequeños no pedimos mucho al amigo, éste, es el compañero de juegos y trastadas, el vecino del patio o simplemente el niño que se sienta a tu lado en el colegio, a esa edad la amistad se mide por el tiempo mas que por otro baremo. Tu amigo es quien más rato pasa contigo.
Mientras tratas de definirte tu mismo, durante la pubertad, la amistad se vuelve eso, indefinida. Tu amigo es el colega, el que tiene tus mismas afinidades esa semana, el que lee lo mismo que tú la semana siguiente, al que le gusta la misma música que a ti al siguiente mes . Cada semana, cada mes y durante algunos años, el amigo suele variar como uno mismo. A esa edad la amistad se mide por la afinidad a corto plazo.
Pasa la etapa del pavo y se entra en una edad en la que si bien se comienza a asentar un poco las ideas no se quiere dejar de ser joven por lo que tu amigo no es otro que tu colega de juergas, el que te acompaña de marcha, el que al igual que tu se agarra a la juventud como un clavo ardiendo, el que se niega a crecer, tu compañero. A esa edad la amistad se suele medir en resacas.
Es en la madurez, cuando la vida empieza a poner su pie como una losa sobre tu cuello, cuando el levantarse por la mañana es mas esfuerzo que el mismo trabajo, cuando tus hijos te explican lo que ha cambiado la vida y lo atrasado que te has quedado, cuando tus jefes te recuerdan una y otra vez lo que podia haber sido tu vida si te hubieses esforzado como ellos, es entonces cuando entiendes lo importante que es la amistad y porque es tan exigente.
Tu amigo es ese niño de tu patio, ese rockero de tu pubertad, ese colega de copas, ese “derrotado” como tú que cuando te hace falta está ahí, te entiende y no te reprocha tus faltas porque te quiere tal como eres y lo más importante, te corresponde.
La vida a veces te da un respiro y te regala el tiempo de un amigo.

En castellano:Las verdaderas amistades son eternas.