lunes, 8 de julio de 2013

NOVUS VESTITUS IMPERATOR*



28 diciembre
2011
escrito por Luque
 
Otro año que se acaba y que francamente podría haber sido mejor.
Ahora que quedan unos dias para que por fin finalice 2011 y comencemos a pensar en nuestros buenos fines para el año que viene, creo que ha llegado la hora de sentarse a hacer cuentas sobre cuantos de aquellos buenos deseos sobre este hemos cumplido.
En mi ilusa concepción del mundo en la que los deseos de buena voluntad de los hombres no deberían  ir en consonancia con el estatus y situación de cada uno, imaginaba que si yo deseaba por ejemplo el fin del hambre en el mundo y aportaba mi grano de arena y otra persona deseaba lo mismo y aportaba el suyo, conseguiriamos con una poca aportacion de cada uno construir la montaña que por fin haría del hambre un recuerdo pasado.
Termina el año pero veo que por muchos euros que done a las O.N.G.s dedicadas a paliar el hambre en la tierra, el hambre no se acaba.
Deseé con  ilusión que  acabaran  las enfermedades que cada año mata a millones de niños en el mundo, enfermedades inocuas o erradicadas en nuestros confortables paises pero mortales en aquellos en los que la vida es una partida de poker diaria en la que siempre te toca jugar con las peores cartas.
Termina el año pero veo que por muchas pastillas de menta anunciadas en television por lo más granado de nuestros artistas que compre en las farmacias, los niños siguen muriendo de enfermedad.
Anhelé que en este mi pais ni un solo hombre ni mujer tuviese que pasar frio en la calle por no tener un techo bajo el que cobijarse y que no tuviese que pasar la indignidad de ser mirados por otras personas como parias por tener que mendigar el pan que ellos tiran a la basura.
Termina el año pero veo que por muy grande que sea la letra con el que está escrito en mi CONSTITUCIÓN el derecho a un hogar, miles de personas que se quedan sin él, se unen a la legión de desheredados que ya había, haciendo de la calle una verguenza cada vez mayor para las conciencias de aquellos que la transitan.
Quizás el problema es que mis buenos fines para el año eran demasido grandes o quizas fuese que  aunque los de a pie consigamos hacer una montaña con nuestros granos de arena, las “grandes” personas, las personas que tienen en sus manos el cambiar la desigualdad, la pobreza, el hambre y la enfermedad, esten tan alto que hasta ellos sea dificil que llegue ninguna montaña .
A pesar de todo no me voy a desilusionar y conformarme con metas asequibles como dejar de fumar o adelgazar, sino que seguiré en mi ilusión y continuaré deseando para el año que viene que este mundo sea de una vez por todas EL HOGAR DE LOS HOMBRES Y SUS SUEÑOS.

*En castellano: El traje nuevo del emperador.

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